La madre naturaleza se prepara con el fin de parir un nuevo hijo, su nombre , 2008.
Nuestra madre, ella, esa que nos cubre con su manto y nos amamanta día a día, pide que aprendamos a escuchar nuestra conciencia para que, cuando muera el año, lo dejemos en su descanso, sin llanto ni licor, sin drogas ni peleas y así, recibamos el niño que clama amor y comprensión para que con él, llegue la felicidad anhelada.
El testamento que nos ha dejado el año 2.007, es para que lo utilicemos con voz arrulladora hasta que nuestro eco responda con voz rugiente cual catarata encantada, que hemos ganado el año y alcanzamos el premio a la superación física y espiritual.
Con placer, debemos proteger nuestro nuevo año que como un árbol frutal, necesita del alimento sano para luego llenarnos de dicha y disfrute degustando la cosecha de lo que hemos sembrado.
Mi Pokal para todos y FEAN
Su maestra
Regina "11"